lomitos de cerdo 3
sal y pimienta A GUSTO
manteca 50 GRAMOS
aceite 3 CUCHARADAS
romero 3 RAMITAS (O 1 CUCHARADA DE ROMERO SECO)
cebolla, picada 1 GRANDE
caldito de verdura 1
agua MEDIA TAZA
vino blanco seco 1/2 TAZA
roquefort, desmenuzado 1 TAZA
crema de leche 1 TAZA
almidón de maíz 2 CUCHARADITAS DESLEIDAS EN UN POQUITO DE AGUA

Extienda los lomitos de cerdo y, con un cuchillito filoso y sin dientes, quíteles todos los pellejitos e indeseables que encuentre.
Sazónelos a gusto con sal y pimienta de molinillo. Derrita la manteca junto con el aceite en una cacerola. Incorpore los lomitos
y séllelos, girándolos cada tanto para que se doren parejo.

Pele y pique la cebolla. Incorpore en la cacerola el romero picado y la cebolla ídem. Rehogue hasta que la cebolla se ponga
translúcida. Agregue el vino blanco, cocine unos minutos hasta que se evapore el alcohol e incorpore el caldito desmenuzado
y el agua. Deje que se cocine unos 45 minutos, aproximadamente.

Una vez cocidos, escurra los lomitos de cerdo y resérvelos en una fuente. Cuele la salsa en otra cacerola pasándola por un
colador de malla fina. Desmenuce el queso roquefort y agréguelo a la salsa colada junto con la crema de leche indicada. Mezcle
sobre el fuego con batidor de alambre, para dispersar bien los grumos.

Agregue a la salsa el almidón de maíz diluido en un poco de agua fría y mezcle con batidor de alambre. Continúe revolviendo
hasta que hierva y espese. Vuelva a poner los lomitos en la cacerola para calentarlos. Pruebe la salsa y rectifique, o no;
el sazonamiento. Sirva en tajadas, con toda la salsa y las papas abanico.

Lave y seque los papines. Untelos con aceite. Con un cuchillo filoso hágales incisiones profundas (sin llegar a la base) separadas
1 milímetro entre sí. Apóyelos en placas aceitadas con un copo de manteca en la panza. Salpimente y cocine en horno caliente
hasta que se formen unos abanicos deliciosos y crujientes.

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