Un conejo hermoso, troceado
-4 dientes de ajo picados
-2 puerros picados
-2 cebolletas picadas
-6 cucharadas de salsa de tomate
-Aceite de oliva
-3/4 de litros de caldo
-Agua
-Sal
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En una cazuela amplia se doran en aceite de oliva los pedazos de conejo, previamente sazonados, a fuego medio.
![conmejosalsa1.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/conmejosalsa1.jpg)
Se deja que se sofrían por todos sus lados –se debe hacer con precaución de manera que el fuego no esté muy alto
y la carne quede requemada– hasta que adquieran un bonito color dorado.
![conmejosalsa2.jpg](sitebuildercontent/sitebuilderpictures/conmejosalsa2.jpg)
Hecho, se baja la intensidad del fuego y se vuelcan todas las verduras, previamente lavadas y picadas, dejando que se sofrían
muy suavemente, sin quemarse, por espacio de unos diez minutos.
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Durante este tiempo se van dando vueltas para que el conjunto se sofría correctamente. Entonces se incorpora la salsa de tomate,
se dan unas vueltas, se vierte el caldo o el agua y se deja que se guise pausadamente durante unos 25 minutos. Una forma de
saber si la carne está tierna consiste en apretar con los dedos las partes más duras, como la paletilla o las patas traseras,
y si no ofrece resistencia, está en su punto. Entonces es el momento de retirar del fuego la cazuela, teniendo en cuenta,
también, que la salsa no quede caldosa y sí bien reducida y adherida a los trozos de conejo. En caso contrario, basta con
retirar la carne a un plato y reducir la salsa al fuego hasta que quede bien espesa. En ese momento, se vuelve a incorporar
el conejo.
Antes de servir en la mesa este plato, se le pueden añadir unos cuadrados de patatas fritas en aceite o unos champiñones
salteados para que hagan de guarnición.
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