matambre 1
sal y pimienta A GUSTO
vinagre CANTIDAD NECESARIA
orégano 2 CUCHARADITAS
ají molido 2 CUCHARADITAS
ajo 6 DIENTES
perejil picadísimo 2 CUCHARADAS
laurel en polvo 1/2 CUCHARADITA
pimentón 1 CUCHARADITA
cebollita de verdeo picada (parte tierna) 1 TAZA
miga de pan en cubitos 2 TAZAS
leche CANTIDAD NECESARIA
queso rallado 1 TAZA
morrón rojo grande 1
huevos 4
jamón cocido en tajadas 200 GRAMOS
Varios
Ensalada de hojas y rodajas de tomate, para acompañar
jardinera de verduras ligada con mayonesa a gusto

Extienda el matambre sobre la mesa con la grasita hacia arriba. Con una cuchilla filosa quítele y deseche toda la grasa que
tenga adherida. Con la misma cuchilla, recorte los bordes (siempre son irregulares, salvo que tenga un carnicero prolijito...)
a fin de obtener un perfecto rectángulo... para que el arrollado quede con buena forma.

Coloque el matambre bien extendido dentro de una asadera, con la ex-grasita hacia arriba, y sazónelo a gusto con sal y pimienta
negra recién molida. Pele los ajos, quíteles el brote interno (si los tuviera) y píquelos finamente. Rocíe el matambre con
bastante vinagre. Frótelo con los ajos picados y extiéndalos en forma pareja sobre la superficie.

Pele ahora las cebollitas de verdeo y separe sólo la parte interna verde clarita y tierna. Deseche las hojas oscuras. Pique
la parte reservada finamente. Espolvoree el matambre en forma pareja con el orégano, el ají molido, el perejil ídem, el laurel
y el pimentón. Déjelo en este adobo hasta el día siguiente, en la heladera (no contado en el reloj).

Lave el morrón pero no lo seque. Encienda al máximo un quemador de la cocina y acueste sobre él el morrón a fin de carbonizarle
la piel. Délo vuelta de a ratos hasta que la piel esté negra. Retírelo del fuego y frótelo bajo el chorro de la canilla para
desprenderle la piel. Quítele cabitos, semillas y nervaduras internas y córtelo en tiras gruesas. Reserve.

Llene una cacerolita con agua y llévela al fuego. Cuando el agua rompa el hervor introduzca en ella, cuidadosamente (puede
ayudarse con una cuchara), 3 huevos. Controle antes que no tengan rajaduras. Déjelos hervir 10 minutos desde el momento en
que el agua retome el hervor. Una vez listos, escúrralos, refrésquelos con agua fría y pélelos.

Tome la miga de pan indicada y colóquela en un bol. Vierta sobre el pan, de a poquito, la leche tibia necesaria para que la
miga se esponje bien. Escúrrala, exprímala para quitar el líquido excedente y píquela finamente con un cuchillo. Mézclele
el queso rallado y la cebollita de verdeo picada y reservada. Ligue con 1 huevo y sazone a gusto.

Ahora retire el matambre de la heladera y extiéndalo sobre la mesa, siempre con la ex-grasita hacia arriba (y sin sacarle
el adobo...). Untelo en toda su extensión con la pastita de pan del paso anterior. Cubra el pan con las tajadas de jamón cocido
y distribuya sobre el jamón las tiras de morrón asado, algo espaciadas entre sí. Sígame, ya falta menos.

Coloque en uno de los extremos angostos del matambre, a lo ancho, los 3 huevos duros puestos en hilera. Enrolle el matambre
a partir de allí, con vueltas ajustadas. Apóyelo sobre una hoja generosa de papel film... ¡y vuelva a enrollarlo en forma
ajustada, doblando los extremos hacia abajo (¡un truco infalible para no tener que coserlo...!

No se asombre de este insólito paso: busque una medibacha (o cancan, ¡bah...!) vieja y limpita en algún cajón del placard
y córtele una pierna, descartando la parte del pie: ¡le quedará un cilindro de un tejido finito casi invisible! Meta el matambre
en este cilindro y ate bien los extremos... ¡ya está listo el matambre para zambullirse en la olla!

Ponga a hervir en una cacerola grande, abundante agua con sal y verduritas. Cuando rompa el hervor, meta el matambre y déjelo
hervir un par de horas. Al cabo de ese tiempo escúrralo y prénselo. Déjelo enfriar bien. Final feliz: desnude el matambre,
quítele las ataduras, córtelo en rodajas y arme la fuente guarneciéndola con ensalada a gusto

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